2004: el Centro se crea en el año 2004, por iniciativa del pastor Miguel Siufi, atendiendo las necesidades de sólo 2 personas, alojándose en una casa cercana a la iglesia, en Barrio Belgrano, ya que la iglesia operaba en esa zona. En los años siguientes el Centro recibe hermanos que luego apoyaron al Centro a lo largo de su trayectoria, y hoy algunos son parte de la vida de la iglesia junto a sus familias. Algunos nombres son Nicolás Mellace, Carlos Orellana, Guillermo Cuenca, Cesar González, Esteban Visuara, Gabriel Crigna, Adrian Cajal, Pablo Villagra entre otros.
2009: El hogar se muda a Crisóstomo Álvarez al 3479, local donde funcionaba la iglesia, haciendo las remodelaciones necesarias para que el local se adecue a las nuevas funciones. La iglesia, a la vez, se traslada a Adolfo de la Vega 554, lugar donde aún permanece.
A partir de aquí los mismos alumnos del centro se formaban como colaboradores y administraban las actividades, aunque sin una estructura fija y formal, siempre dirigidos y guiados por la visión del Pastor Miguel Siufi.
En esos años, el Hogar Jesús es Vida, como se llamaba, comienza a gestar y desarrollar los lineamientos rectores que guiarán la institución: reglamentos, estructura del programa de rehabilitación, actividades, roles, valores y principios, actividades comunitarias, actividades deportivas, capacitaciones, talleres, enseñanza con capacitadores externos. Los colaboradores, voluntarios siempre eran hermanos recuperados en el centro. Este plan de trabajo se iría puliendo con los años sobre la base de la prueba y el error.
A pesar del paso de los años y de los cientos de jóvenes que por allí pasaron, los principios fijados por la iglesia y sus pastores nunca se quebraron.
No involucrarse en la vida política de los gobiernos de turno, aceptando de ellos colaboración económica o de convenios educativos
Desde el principio las actividades del Centro fueron sustentadas por el aporte y la ofrenda de particulares, de los fieles de la iglesia y de las familias de sus alumnos,
La enseñanza a sus alumnos siempre estuvo basada en principios universales, con el modelo cristiano
El Centro siempre estuvo abierto a cualquier joven que lo necesite sin ningún tipo de distinción de clase o credo
….principios que aún hoy sostenemos y enarbolamos con profunda convicción.
Contando los alumnos internos y los alumnos del programa ambulatorio se llegaron a armar mesas largas para casi 60 jovenes!! Y quedaba en evidencia que la gran demanda desbordaba su estructura.
2010: en el año 2010 se inician las actividades de la panadería, donde los alumnos internos aprendían un oficio y también eran los vendedores, brindándoles una experiencia laboral para ayudar en su reinserción. Al principio todo el trabajo era a mano, y a pulmón, sin maquinas que ayuden en la producción, hasta que llegaran la primera amasadora y horno convector en el año 2015.
2014: Cambia el nombre para adoptar el actual: Centro de Prevención y Capacitación, aceptado por el SEDRONAR con su correspondiente resolución
2014: hacia el año 2014 las necesidades de una estructura más eficiente se traducen en la incorporación de colaboradores full-time para mejorar la organización, ajustar y optimizar el programa de trabajo, tener un seguimiento personalizado de los alumnos. Así también se incorporaron al staff , voluntarios que no fueron ex_alumnos del Centro
2015: En el año 2015 se comienza a trabajar en grupos de contención espiritual y consejería con las madres y los padres de los alumnos internos, entendiendo que es vital el acompañamiento familiar en el tratamiento de recuperación, para volver a un entorno más saludable y contenedor
Así llegamos a la estructura que tiene hoy, con un programa voluntario de internación, con capacidad para 26 alumnos y un equipo interdisciplinario que cubre áreas de terapia psicológica individual y grupal, asistencia social, asistencia médica, capacitación y formación cristiana.
Por el camino pasaron cientos de caras, de vidas restauradas, de visitas importantes, capacitaciones, talleres, eventos deportivos, evangelizaciones, actividades sociales, reuniones familiares…pero por sobre todo, pasó por nuestras manos la posibilidad de ayudar, cumpliendo con el mandato que alguna vez fuera solo una visión puesta por Dios, en el corazón del pastor Miguel.
Esta historia continuará, porque Dios nos marca un camino largo, lleno de proyectos, planes y propuestas para seguir mejorando, llevando a nuestros alumnos al encuentro de una vida sana, una vida productiva, que aunque sea llena de esfuerzo, estará también llena de satisfacciones.